Cecilia Serrano se tituló en el 2017 de la carrera de Gestión de la Información, Bibliotecología y Archivística de la FEN-UAH. En febrero del año pasado se hizo cargo de la “Biblioteca de las Mujeres”, de la Fundación Promoción y Desarrollo de la Mujer, Prodemu, liderando así un proyecto inédito, pues: “Es una biblioteca única en Chile y Latinoamérica que tiene un enfoque de género”, afirma entusiastamente en esta entrevista realizada en la acogedora Biblioteca que cuenta con más de 2000 obras, el 98% escritas por mujeres, precisa.

 

En febrero, Cecilia Serrano cumplirá su primer año a cargo de la “Biblioteca de las Mujeres” de la Fundación Prodemu, una experiencia pionera en el país, ya que es la primera y única biblioteca que cuenta con libros y documentos con perspectiva de género, feministas: “…que hablan de las necesidades y problemáticas de las mujeres, escritos por autoras o cuyas protagonistas sean mujeres. Se encuentran en esta Biblioteca todas las ramas de la literatura, novelas, cuentos, poesía, ensayos, dramaturgia, comics”, se consigna en el sitio web Biblioteca de las Mujeres 2022 – Fundación PRODEMU.

 

“Ha sido un arduo trabajo […]. Ha sido reconfortante ver que funciona, que cada día llegan más hombres, más mujeres que están buscando temáticas sobre masculinidad, sobre enfoque de género. Y a medida que va creciendo la cantidad de afluencia de público también nos sirve para posicionarnos”, comenta Cecilia en torno al desarrollo que está teniendo la biblioteca, ubicada en la oficina matriz de Prodemu, en pleno centro capitalino. Se abrió al público en marzo de 2021, pero luego tuvo un período de pausa, reabriendo sus puertas en el 2022. Importantes hitos ha tenido en sus primeros años de funcionamiento. La afluencia de público ha subido notablemente: 100, en el 2021 a más de1.800, en el 2022. Y en los últimos 3 meses las visualizaciones en Instagram subieron en un 3.000%.

 

En el 2017, Cecilia se tituló de la carrera de Gestión de la Información, Bibliotecología y Archivística de la FEN – UAH. Su experiencia profesional ha sido en distintas bibliotecas públicas. Ya en el 2021, había trabajado algunos meses en la Biblioteca de Prodemu, catalogando libros y al año siguiente fue convocada, a sus 28 años, para encabezar este inédito proyecto. Se declara feminista, pero: “…de la nueva ola del feminismo, que viene integrando las disidencias” y nos recomienda el libro “Quiltras”, de Arelis Uribe.

 

De su paso por la UAH recuerda que “fue bastante grato, porque teníamos un grupo muy pequeño de compañeros, éramos 10 en total. Fue la generación que menos estudiantes tuvo, porque era una carrera nueva”. En cuanto a las competencias y herramientas que le entregaron a lo largo de sus estudios, asegura que le han sido: “totalmente útiles”. Sobre el sello académico, destaca: “Creo que las relaciones humanas fueron lo que determinaron el sello a lo largo de la carrera”, resaltando la calidad humana de las y los profesores, quienes, dijo: “También va acorde a esa vía que busca la Universidad, que es muy social. Y lo que yo hago acá en la Biblioteca, es muy social también”.

 

 

¿La Bibliotecología siempre fue tu primera opción como carrera?

No, había pensado cosas muy distintas, pero cuando estaba cursando 4° Medio asistimos a una feria de la Universidad Alberto Hurtadouna muestra de carreras. Veo el estand de la carrera y me meto a la charla introductoria que dan como para ver un poco de qué se trataba. Y ahí, me doy cuenta que tenía muchos de los ramos que a mí me gustaban: Gestión CulturalHistoriaLiteratura, etcétera. Me fue bien en la prueba, por lo tanto, decidí postular y quedé seleccionada.

 

Entré con cero expectativas la verdad, porque era algo súper nuevo. Así que decido intentarlo, porque pensaba que si no me iba bien me cambiaba y listo, pero a medida que fue pasando el tiempo, me gustó, me encantaron varios de los ramos; después viendo varios de los nichos laborales, nos llevaban igual a la Biblioteca Nacional y a otras bibliotecas a conocer lo que se hacía in situ.

 

Claramente, era lo mío. Me enfoqué en el área de Biblioteca, porque hice 2 de mis prácticas en bibliotecas públicas, y de ahí me quedé trabajando en esa área varios años, hasta hoy. Entre medio hice algunos trabajos independientes de archivos, fotografía y cosas de ese tipo, en medio del egreso; me sirvieron para conocer el rubro de la Archivística.

 

¿Qué recuerdos tienes de tu experiencia en la Universidad Alberto Hurtado?

El paso por la universidad fue bastante grato, porque teníamos un grupo muy pequeño de compañeros, éramos 10 en total. De hecho, fue la generación que menos estudiantes tuvo, porque era una carrera nueva, pero como éramos tan poquitos, eso facilitó el trabajo en equipo. Se hicieron amistades, porque al ser 10 personas había que afianzar y generar lazos. Así que fue bastante grato. Los profesores y profesoras, como era una carrera que se estaba impartiendo recién por tercer año, estaban bastante abiertos a la posibilidad de cambiar algunas cosas. Cuando algo no nos parecía o si había algo que había que modificar, teníamos la libertad de expresarlo a la directora de carrera o a la secretaria y de alguna forma éramos escuchados.

 

¿Una suerte de flexibilidad de la Universidad para que ustedes pudiesen ser partícipes de los cambios?

Sí, siempre estuvieron abiertos a conversar. Recuerdo que en una oportunidad hubo un examen que a todos nos fue mal y nos dieron la posibilidad de darlo de nuevo, porque, claramente, había un problema con la cátedra. Llegamos a hablar con la directora de carrera, que estaba súper abierta a escucharnos; siempre nos dio una opción para poder mejorar o poder enriquecernos más de lo que ya habíamos aprendido, porque de todo se saca una experiencia y aprendizaje.

 

La UAH tiene un sello humanista y social, ¿lo percibiste también en las cátedras?  

Sí, siempre había actividades en esa vía. Creo que las relaciones humanas fueron lo que determinaron el sello a lo largo de la carrera. Que una estuviera enferma y te dieran la posibilidad de dar la prueba otro día y que a veces te corrigieran y pudieras preguntar y volver a preguntar, va en la calidad humana de las personas que imparten la carrera, en este caso de las y los profesores, y siempre creo que ellos también van acordes esa vía que busca la universidad, que es muy social, y bueno, lo que hago yo acá en la Biblioteca, es muy social también.

 

¿Algún profesor especial que recuerdes, que te haya marcado?

Bueno, mi profesora de tesis, Fernanda Arrau, que es la profesora de Gestión Cultural de la carrera. Con ella siempre conversábamos, nos dimos cuenta de que teníamos varias cosas en común de lo que me gustaba y podía llegar a hacer; y genial, porque así pudimos trabajar en conjunto la tesis que trató sobre el uso de redes sociales por parte de las bibliotecas públicas para dar a conocer sus servicios. Estudiamos 5 bibliotecas públicas de la Región Metropolitana

 

Ahora estás a cargo de un proyecto pionero en el país que tiene también un sello social y de bien público

Si, totalmente. Esta es una biblioteca única en Chile y Latinoamérica que tiene un enfoque de género. Esperamos que sea la primera de muchas que se puedan abrir. Pertenece a la Fundación Prodemu, la que tiene un sello social muy marcado también. Todo lo que se hace es en pro de las mujeres para abrir las brechas que existen todavía entre los hombres y las mujeres. Este proyecto, cuando se contempla como “Biblioteca de las Mujeres” y con enfoque de género, se plantea como para contribuir en disminuir esta brecha y también potenciar a las autoras, a las creadoras que por mucho tiempo fueron remitidas a la labor doméstica de criar, que tiempo para escribir tampoco tenían. Entonces, reivindicar el rol de la mujer en ámbitos como la literatura y otros ámbitos creativos que también son parte de la cultura que hoy en día vivimos.

 

 ¿Te declaras feminista?

Sí, yo creo que soy de la nueva ola del Feminismo, que viene integrando las disidencias como parte de la oleada feminista que se vive; hay que darles paso a las diversidades y también al cambio que se viene, porque ya no es solamente la mujer la que tiene que estar posicionada dentro del feminismo; necesitan del feminismo, tanto los hombres como las mujeres. Acá en la Biblioteca, nos pasa mucho esto de que creen que la Biblioteca es separatista. Entonces, ha sido una campaña comunicacional dar a conocer que no, que este es un espacio público y abierto para todas las personas, independiente de su género. Acá, recibimos a todo tipo de público: niños, personas adultas, personas adultas mayores, hombres, mujeres. Esa es la idea de las bibliotecas públicas.

 

¿Con qué material cuenta la Biblioteca?

Tenemos 2.000 libros, 7 colecciones de Feminismo, Narrativa, Empoderamiento, Historia, Identidad, Sociedad, Infantil y Juvenil. Ahora estamos creando un espacio de Primera Infancia, que es para niños y niñas de hasta 4 años más o menos; no había nada que fuese así, tenemos sillitas y mesitas pequeñitas para ellos.

 

 ¿Cómo te sientes con esa responsabilidad de liderar un proyecto de esta naturaleza?

Ha sido un arduo trabajo. La Biblioteca es un punto de salida de conocimiento para mujeres y hombres, pero con enfoque de género. Y así como ha sido mucho trabajo, ha sido también reconfortante ver que funciona, que cada día llegan más hombres, más mujeres, que están buscando temáticas sobre masculinidad, sobre enfoque de género, trabajo. Y a medida que va creciendo la cantidad de afluencia de público también nos sirve para posicionarnos y solicitar presupuesto, crecer en bibliografía.

 

¿Las herramientas que te entregó la FEN- UAH te han sido útiles?

Sí, totalmente. En la práctica profesional puedes llevar a cabo varias de las herramientas que nos entregaron a lo largo de la carrera, por lo tanto, es mérito de ellos también que uno pueda ejercer con total libertad. Por ejemplo, acá, puedo crear cosas como un taller de creación de proyectos. Entonces todas esas cosas ir integrándolas, en este caso en una biblioteca pública, para poder llevar de mejor manera la gestión. Acá, tenemos la suerte de que gran parte de la colección es nueva.  Tenemos libros que no están en otras bibliotecas públicas, que los pedimos al extranjero, que tienen enfoque de género actualizado, tenemos todas las corrientes feministas a lo largo de la historia. Eso ha sido un plus, porque otras bibliotecas no lo tienen y por eso ha llegado gente particular a buscar libros que saben que están acá; y los que no tenemos, los vamos anotando para poder comprarlos en algún momento y así crecer.

 

Esa es la forma que tiene la biblioteca para crecer, a través de los usuarios, no hay nada más significativo que la gente te pida cosas, te pida tener talleres, te pida cupos para clubes de lectura, entonces todo eso ha sido parte del crecimiento y de la fidelización que se ha hecho, porque al asumir este cargo, lo que siempre digo es que hay que fidelizar. De hecho, parte de todas estas campañas que he querido implementar, que son las comunicacionales, la fidelización es parte de lo que aprendí, porque sin eso, probablemente hubiera dicho que hay que hacer esto, pero no de la forma en que lo ejecutamos.

 

¿Recomiendas estudiar Bibliotecología en la Universidad Alberto Hurtado?

Sí, porque a mí me sirvieron mucho todas las herramientas que nos entregaron, no solo en lo teórico sino en lo práctico. Tuvieron muy buen feeling, por ejemplo, al proponernos también prácticas que sirvieron para definir en qué área me iba a quedar. Creo que el enfoque social que se le da es muy ad hoc a la carrera. Tengo esto de compartir, de generar la instancia, de conversar, de proponer libros, de recibir propuestas, de evaluar, de todo eso que uno ve al día a día y tratar con personas que claramente son de todo tipo y que también te dan otra mirada. Por ejemplo, ahora estamos yendo a un taller al Centro Penitenciario Femenino; llevamos un taller sociocultural, incorporamos la literatura, también la escritura y otras cosas como para que sea dinámico.

 

Tu sello tiene mucho de la Universidad Alberto Hurtado.

Sí. En mi caso es como: ¡creemos bibliotecas en todo Chile, para todas las personas! Ojalá pudiéramos, si tuviéramos el presupuesto no tengo duda que lo haríamos, pero hay que abocarse a la realidad y tratar de hacer lo mejor posible donde estemos. Si estoy hoy acá, genial, voy a hacer todo lo que esté en mis manos para que esto ande y si me voy en algún momento, que esto ande solo y siga igual de bien o mejor. Si estoy en otro lado también voy a hacer lo mejor, porque es lo que nos toca. La idea es que todo funcione para la gente.